Hoy no es el día de la madre, pero da igual, porque hoy he tenido la oportunidad de comprobar una vez más la entereza de una madre que está pasando por una situación difícil con su hijo y nuevamente me he vuelto a sorprender gratamente con la lección de fuerza y vitalidad que sus palabras me han transmitido. No se de dónde es capaz una madre de sacar las fuerzas que necesita para seguir adelante, supongo que de sus hijos.
A mis amigas que no tienen hijos y me han preguntado qué es tener un hijo siempre les he dicho que es el amor más grande que puedes tener. Un hijo o una hija es la única persona por la que realmente darías tu vida y sufrirías en tus propias carnes el dolor con tal de evitar el suyo.
Yo he pasado por una situación similar con mi hija pequeña, a los pocos días de nacer me di cuenta de que tenía un problema en la vista (cataratas congénitas bilaterales) pero ese no era la mayor dificultad, eran las múltiples enfermedades que podían ir asociadas a las cataratas. Tuvimos la gran suerte de que sólo tenía eso, cataratas, así con mucho miedo (uno de los peores ratos de mi vida) la operamos con dos meses y le quitaron ambos cristalinos. Ahora lleva lentillas y evoluciona muy bien, tenemos que estimularle la vista diariamente y ponerle y quitarle las lentillas, es duro, pero es una niña sana y feliz y sobretodo que hará una vida normal. Soy consciente ahora más que nunca que hay niños y niñas que tienen problemas muchos peores que mi hija y que hay más casos que los que nos podemos imaginar, pero se también se que hay grandes madres y padres que con su amor incondicional ayudan a hacer un mundo mejor y que la sonrisa de un hijo es el mejor pago a estos sacrificios. Vaya este humilde escrito en homenaje a ellas.
3 comentarios:
Me gusta el título de tu entrada de hoy. Valor por valientes, y valor por valiosas. Al menos algunas madres, como la dueña de este blog.
Hola! cómo te entiendo.... ;)
Gracias chicas
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