No es que me haya dado por hacer trabajos manuales ahora, que por otra parte me gustan, aunque no tenga tiempo para hacerlos, excepto claro los “deberes” de mis tres niños que hasta en la guarde me mandan cosas para hacer en casa… Me refiero al gran esfuerzo mental, físico e intelectual de ser madre. Y es que independientemente de si trabajas o no, eso de cuadrar comidas, limpieza y actividades escolares y extraescolares, etc, es un auténtico trabajo de ingeniería. Nos matamos porque los niños hagan baile, judo, los deberes … Y lo mejor es que al final y a pesar de todo CONSEGUIMOS que hagan todo, no se cómo, pero lo hacemos. Nos mereceríamos un premio, pero como nadie nos lo va a dar, pues por lo menos que nosotras sepamos valorarnos y nos tomemos un tiempito diario para nosotras, aunque sea un café de diez minutos sin pensar en nada más.
viernes, 4 de febrero de 2011
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