jueves, 28 de abril de 2011

GATO ASESINO EN LA GRANJA ESCUELA

Hoy mi princesa de 5 años ha tenido excursión a la Granja Escuela y ha sido toda una experiencia.
Hace dos noches destapé la caja de los truenos sin saberlo al recordarle que sólo quedaban dos días para ir y que lo iba a pasar relamente genial, en qué momento...
 La consecuencia, una inexplicable noche de pesadillas y de consuelo de mami en la cama que no sabía a qué venía todo aquello. A la mañana siguiente, entre lágrimas y con mucha paciencia al fin la revelación, el año pasado un gato grande la asustó y tenía miedo de volver a verlo uff. La mami aprendiz de psicóloga tenía  que dar una respuesta rápida a aquella situación porque había que liberarla de la ansiedad antes de ir al cole, la solución ...le prometí que hablaríamos con su seño para pedirle que en caso necesario la defendiera del gato que ya a estas alturas había alcanzado el grado de asesino.
Total que cumpliendo lo prometido le comenté a la seño lo del gato delante de mi chiqui y la profe muy compresiva se prestó a ayudarla si hubiera algún gato amenazante.
Por la noche terapia de cuento sobre gatos, uno de peluche en la cama, en fin, noche tranquila
A la mañana siguiente, la de la excursión, su papi le pregunta - ¿Cómo estás cariño? Muy tranquila papi, todo bien (es un poco abuela)
Día de mami hecha un manojo de nervios hasta las cinco y media que llega el autobús, baja la peque aparentemente contenta con su pan, sus hierbas aromáticas y lista para entrar en la bañera con ropa y todo.
-¿Qué tal cariño? Bien mami ¿Te lo has pasado bien? Si ¿Algún problema con un gato? No
Tarde horrorosa, enfadada, llorosa ¿Estará cansada? El chip de mami se enciende, algo pasa ... ¿Es que había algún gato que te ha asustado? No mami, había dos pequeñitos muy monos, el asesino no estaba. Menos mal, pienso.
Se enfada por todo, seguimos indagando ... Pelea con su hermano, grita, llora ... Una tarde horrorosa. Mami ¿Has visto alguna vez Peter Pan? Si cariño, ¿Por qué? Por nada, yo no entiendo nada ?????
Llega la noche y al fin después de inmensas dosis de paciencia. ... - Mami ¿Sabes? Había en la granja un conejo muy grande que se quería salir de la jaula . Pero cariño ¿Es que te ha dado miedo? Los conejos no hacen nada. contestación - Y si le pasa como al pulpo de Peter Pan (de ahí la pregunta de la tarde, hay que fastidiarse) que se creía que los piratas eran peces, y el conejo se cree que yo soy una zanahoria  y me quieres comer ????O arañar???
Cariño ¿Por qué no me lo habías contado antes?
-Me daba verguenza

No cariño, me tienes que contar siempre lo que te da miedo para que mami te pueda ayudar. Los conejitos no comen niños, ni muerden, ni arañan aunque piensen que eres una zanahoria. Besos, achuchones, cuento tranquilizador... a dormir.

Horror, qué difícil a veces es ser mamá. Y lo mejor es que dice que de mayor quiere ser VETERINARIO !!!Uff

Llevo un rato leyendo en internet sobre miedos infantiles, bendito google, y he encontrado un artículo muy interesante




Sus miedos son normales


Los niños pequeños ven terribles amenazas donde los adultos vemos cosas de lo más normales. Tengamos en cuenta que el miedo es un necesario y saludable mecanismo de los seres vivos para protegerse de estímulos desconocidos y potencialmente peligrosos. Y si encima esos fenómenos se acompañan de una estimulación intensa (ruido fuerte, colores estridentes, movimiento brusco, demasiada gesticulación...) es normal que el niño los perciba como amenazadores y reaccione con intensidad.
Cierta capacidad de miedo tiene una función positiva y protectora. Un niño debe tener miedo al tráfico de coches y al fuego, por citar dos temores útiles. Luego hay una serie de miedos más o menos fantásticos, que aparecen en todos los niños y que normalmente desaparecen al cabo del tiempo: miedo a ser devorado, a la oscuridad, a los personajes de ficción...

Hay que ser comprensivos

La actitud de los padres ante estos miedos infantiles es importante. No hay que regañarles por tenerlos, y no debemos burlarnos. Tampoco podemos confiar demasiado en que las explicaciones lógicas les tranquilicen, aunque no debamos renunciar a dárselas ("los monstruos no existen"). Así que debemos admitir que estos miedos son normales, permitirles expresarlos y ofrecerles nuestra atención y nuestro cariñoso apoyo.

Necesitan sentirse queridos

Al expresar sus miedos y recibir una respuesta cariñosa y tranquilizadora de sus padres, el niño cubre una necesidad básica, la de saber que no está indefenso ante los peligros, reales o imaginarios, y que puede encontrar abrigo frente a ellos. También hay que alentarle para superar el miedo, elogiándole por ello (¡qué valiente!). Hay que darle protección, pero también dejar que se aventure, en esta edad de intensa curiosidad y exploración.

Pero, ¿cómo actuar en cada caso concreto?•


Miedo a la oscuridad

En realidad es miedo a quedarse solo ante lo desconocido y sin el amparo de papá y mamá. Lo sufren la mayoría de los niños.
Es mejor no dejarles solos llorando en su habitación, desapareciendo hasta la mañana siguiente con la idea de que ya se les pasará, porque con ello confirmamos su temor al abandono. Y en vez de acostumbrarles a la oscuridad, lo que estaremos provocando es que le tengan más miedo. No conviene que los llevemos a nuestra cama ni que nos quedemos con ellos toda la noche. Lo que sí podemos hacer es volver a su cuarto de vez en cuando para que comprueben que seguimos ahí, pero tratando de ampliar progresivamente los ratos que son capaces de permanecer solos antes de dormirse. La puerta abierta, una luz en el pasillo o un peluche que les acompañe también serán de ayuda.

A los extraños

Ante personas desconocidas o a las que ha tratado muy poco, el niño reacciona aferrándose a papá o a mamá. No tiene nada de extraordinario y no hay que enfadarse por ello.
Hay que entender que si una persona se acerca repentinamente al niño y pretende tocarle o cogerle, este lo rechace. Incluso cuando llegan los tíos o los abuelos puede aparecer esta reacción. No hay que tomárselo a mal, sino respetar la distancia y el ritmo que el niño necesita. Lo que procede es un acercamiento progresivo, sin forzar la cosas y dando tiempo al tiempo.•

A personajes disfrazados

Se supone que los payasos son los amigos de los niños, pero a veces, a los más pequeños, maldita la gracia que les hacen.
Y es que sus maquillajes, sus movimientos, sus voces, sus ropajes y zapatones no siempre son bien digeridos por los chiquitines. En cuanto a sentarse en las rodillas de un Rey Mago, resulta demasiado fuerte para algunos niños. No les forcemos más allá de donde deseen, respetemos las distancias que necesiten y, si aun así lo pasan mal, dejemos circos y cabalgatas para uno o dos años más adelante.•

A los ruidos fuertes

Los electrodomésticos (la batidora, la aspiradora) pueden ponerles los pelos de punta.
También pueden temer a los cohetes o a los truenos. Pero es que a algunos también les asusta el teléfono, que suena a traición y en momentos inesperados. Hay que evitar en lo posible los sonidos fuertes, pero como no siempre es posible, podemos invitar a nuestro hijo a pasar juntos el aspirador, a conectar y desconectar su interruptor para que esa sensación de control le ayude a perder el miedo al ruido. Cuando haya tormenta empecemos por estar nosotros relajados y alegres, pongámonos juntos al lado de la ventana para contar los truenos y los relámpagos...

A los animales

A esta edad los niños se dan cuenta de que algunos animales son amenazadores, aunque no saben distinguir cuáles.
Los que no sean especialmente miedosos ni hayan tenido experiencias negativas, perderán su miedo sobre los cinco o seis años. Mientras tanto, podemos permitir que el niño observe a los animales a distancia si no desea su proximidad, sin forzarle a ella. Pero es bueno que vea cómo otros adultos y niños interactúan con perros y gatos. Si aceptan acercarse en nuestra compañía al animal, perfecto; en caso contrario, no les forcemos.


La bruja, el coco...
No debemos utilizar sus miedos para controlarles: "Como no te portes bien te dejo solo". Tampoco debemos recurrir a personajes fantásticos o terroríficos para lograr la obediencia del niño, ya que su rica fantasía confunde ficción y realidad. El "coco", la bruja y similares prenden con gran facilidad en la mente de los niños, incluso sin que el adulto lo pretenda. Si les decimos que si no se duermen vendrá el coco y les comerá, realmente lo creerán... y no podrán dormir del temor. Querer controlarles con ese fácil recurso es una práctica insana que puede crearles verdaderos terrores desbordados e incontrolables.

Por: Luciano Montero, psicólogo.


Fuente: http://www.serpadres.es/1-2-anos/educacion/superar-miedos-terrores-infantiles.html
















9 comentarios:

Sandra Ferrer Valero dijo...

Tienes toda la razón, hemos de vigilar a veces lo que decimos a nuestros hijos porque ellos magnifican o interpretan las cosas a su manera. Hay que tener mucho cuidado con sus miedos. Creo que reaccionaste muy bien.

Annie74 dijo...

Que buen articulo¡
Este año cambiamos el gato por el conejo ;D.
Tienen una imaginacion. Mi sobrina de seis años a veces me deja loca con sus cosas jeje.

http://lascosasdemipitufo.blogspot.com/

mamá de un bebote dijo...

Me encanta la paciencia que tienes, y cómo poco a poco sin forzar vas sonsacando lo que le preocupa, el artículo interesantísimo...gracias!!

Drew dijo...

Pobre nena!!!

Me ha encantado tu respuesta, muy dulce :-)

Bailarete dijo...

Pobrecilla!, la verdad es que hay que controlar las palabras, ellos magnifican todo..buen post!

Irene dijo...

A veces me alucinan como les funciona la cabeza a los enanos... como se ha podido acordar del pulpo de Peter Pan e imaginarse esa situación con el conejo, que ella era una zanahoria.... la verdad que como madres tenemos que estar en todo, verlas venir y solucionar los problemas antes de que sea tarde...
Yo tambien les digo a mis tortuguitas que me cuenten todo lo que les pasa por la cabeza para poder solucionarlo, tienen que tener confianza con nosotras... lo has hecho muy bien.
Veterinaria?? Pues tendrá que perder muchos miedos, je,je...

Ana dijo...

Sandra, gracias, es verdad muchas veces no somos conscientes del alcance de nuestras palabras, hay que andar con mil ojos con ellos que son esponjas

Annie, es alucinante lo que pasa por sus cabecitas

Mamá de un bebote, es mucha práctica je je

Drew, gracias guapa

Cartafol, es increible para lo que la imaginación je je

Irene, ya me dirás cómo va a ser veterinaria ? je je En fin, nunca se sabe, si yo insisto mucho en la confianza y en que me cuenten todo los que les preocupa, creo que es esencial

Inma dijo...

Qué bien nos lo has contado y me ha encantado cómo has gestionado la situación... ¡Qué abuela tu niña...mami, todo controlado! ¡genial!
Muchas gracias por el artículo, un regalo.

Maria dijo...

La pobre... Menos mal que ya se le paso y pudo contartelo. Muchas gracias por el articulo, es muy interesante. Un besito mama-psicóloga!!

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